Evolución de la firma

El artesano Felipe Prieto empezó a hacer cosas “con las manos” en la década de los años cuarenta. En la guarnicionerías de Jeijo y Cossent de Oviedo pidió sus primeros trozos de cuero para hacerse mocasines de cuero crudo al estilo de los nativos americanos:

Había que adaptarse a lo que hubiere (…) Te vendían lo más barato, lo más tosco e inadecuado para lo que uno pretendía fabricar. Ni tú sabías lo que tenías que pedir ni ellos sabían lo que te tenían que dar.

Hizo cinturones, estuches, fundas,… lo básico del cuero. Aprendió técnicas decorativas del cuero en Cossent a finales de los años cincuenta y los años sesenta, donde le enseñaron sobre todo a cortar, a perforar, a hacer los bordes y a coser, así como a conocer las herramientas. Esto lo combinó con sus estudios de magisterio y los comienzos de su docencia en pueblos del oriente asturiano.

Felipe Prieto
Felipe Prieto en sus inicios como artesano

Felipe Prieto trabaja como lector de español en Glasgow en 1969 y dirige allí el grupo de teatro de la Fundación de la Asociación de Lectores de Español. Además, asiste a clases de “Design Applied to Arts and Crafts” con Alexander Gaudi en la Art School de Glasgow y renueva muchas de sus ideas anteriores, sobre todo las relacionadas con la ornamentación en el diseño. Su trabajo se simplifica en apariencia; es menos decorativista, mejorando en cambio las estructuras internas, que son las menos entendidas y valoradas, aunque imprescindibles en un buen diseño.

En 1970 vuelve a Asturias y se ve obligado a compatibilizar la docencia con la creación artesanal en cuero, al mismo tiempo que se integra en el Grupo Erosión. En estos años setenta comienza la relación personal y profesional con su esposa Maribel Aguilar y surge la posibilidad de abrir una tienda taller en Oviedo, compatibilizada en los primeros años con su labor docente. Juntos fundan su emblemática tienda-taller Escanda en 1976.

Felipe Prieto y Maribel Aguilar a finales de los años setenta
Felipe Prieto y Maribel Aguilar a finales de los años setenta

Su ejercicio como maestro nacional en diversos pueblos del oriente asturiano llevó a Felipe Prieto a escribir “en el habla de la tierra”. Como consecuencia, en 1980 publica su único libro de poesía, Esbilla, escrito en bable oriental. Esbilla supuso un impacto en la sociedad asturiana de la época porque hasta ese momento los temas en asturiano eran amables, románticos,… Prieto inaugura el realismo social en bable oriental y pretende que la lengua asturiana se respete manteniendo las diferencias dialectales de cada zona de la región. Como consecuencia de Esbilla, la Academia de la Llingua Asturiana le ofrece ser Correspondiente de la citada entidad.

Felipe Prieto firmando un ejemplar de Esbilla a Alfonso Guerra
Felipe Prieto firmando un ejemplar de Esbilla a Alfonso Guerra

En 1982 Felipe Prieto abandona la docencia en la escuela para dedicarse plenamente a la artesanía del cuero con diseños que resultaron impactantes en la sociedad del momento. En esa época se convierte en el primer presidente asturiano del Consejo Asesor de RTVE. Mientras, su esposa se decanta por la creación de máscaras de cuero y el diseño de tapices, alguno de los cuales fue seleccionado por el grupo El Paso para las bienales de arte de Oviedo en esa década.

Felipe Prieto y su hijo, Bruno Prieto, en su taller de Oviedo
Felipe Prieto y su hijo, Bruno Prieto, en su taller de Oviedo

De los años ochenta en adelante se consolida la firma Felipe Prieto en el sector y se realizan gran cantidad de encargos institucionales y piezas para personalidades destacadas. Tras haberse formado y crecido en el taller, Bruno Prieto, segunda generación de artesanos de la familia, continúa desarrollando la presencia de la marca a nivel internacional. La casa mantiene la filosofía de calidad artesana, atemporalidad e investigación en las técnicas del trabajo del cuero, consolidada en diseños propios.

Bruno Prieto en el taller familiar
Bruno Prieto en el taller familiar